lunes, 31 de marzo de 2014

“El Currículo oculto de los libros. Mitos y estereotipos en los libros de lectura”

“El Currículo oculto de los libros” 
Mitos y estereotipos en los libros de lectura

Ponencia para la Legislatura.

Autora: Silvia Mirta Valori

Voy a desarrollar o a tratar de explicar un tema del que poco se sabe por que poco se habla y para ello definiré primero qué es el currículo oculto, luego qué son los mitos y qué los estereotipos.
Conforman el currículo oculto las normas, apreciaciones, conductas e ideas que van inculcándose en ocasiones subliminalmente y en otras, de forma explícita. Son todos aquellos mensajes que tanto el consciente como el subconsciente asimilan de los textos de estudio, de lectura y materiales tanto visuales como sonoros.
Para explicar cómo opera el currículo oculto de género, citaré un ejemplo: cuando somos niños y niñas, por lo general, leemos y/o vemos en los textos que la mamá – sí, todavía hoy – hace las tareas domésticas y cuida a los niños y niñas, mientras el papá sale a trabajar afuera o lee el diario o mira la televisión, es fácil comprender por qué luego, en nuestra mente queda grabado este modelo o estereotipo de vida familiar, y si además, lo vemos reflejado en nuestra casa y también reproducido por los medios de comunicación mediante imágenes visuales y/o mensajes sonoros, nos resultará más adelante bastante difícil romper con esta idealización de cómo es una familia y de los roles que cada uno y cada una desempeñan dentro la misma.
Me atrevo a decir que quizás sea éste “el por qué” de que tantos publicistas (mujeres y varones) continúen reproduciendo y multiplicando modelos estereotipados donde las mujeres siguen lavando los platos y los hombres salen a trabajar afuera, modelos que impiden un verdadero adelanto de las mujeres y que limitan su progreso tanto profesional como económico y personal.
Los roles de género están tan imbuidos dentro de las personas que, en la mayoría de las situaciones, no somos conscientes siquiera que los tenemos, por que hemos “naturalizado” conductas y actividades que no son “naturales” sino que han sido “naturalizadas” por que existe una determinación cierta desde hace mucho tiempo, de no alterar demasiado este “orden social”, por cuestiones económicas y para no afectar intereses mercantiles así como tampoco el poder hegemónico androcéntrico.

Los mitos son “construcciones narrativas, relatos transmitidos a través de los años y aceptados por la mayor parte de una comunidad. Los innumerables mitos que atraviesan la vida y el pensamiento de las personas son una creación cultural. Se presentan como configuradores de valores e imponen un modelo dado. Se va conformando, de este modo, un sistema de creencias y valores que se expresa en pensamientos y conductas…" (1).
Un mito muy arraigado es aquel que indica que todas las mujeres son “brujas”, queriendo significar con esto que nada de lo que hacen o piensan es previsible o racional, y que están descontroladas. “La base de la misoginia expresada en esta concepción puede encontrarse en Europa, en el siglo XVI, época en que se lleva adelante la persecución y muerte de mujeres acusadas de brujería, al estar liberadas del control marital y obligadas a vivir solas. Esta situación contribuyó al empobrecimiento y marginación femenina, pero también al ejercicio de su propio poder y autonomía(2)
Había que eliminar a las mujeres pensantes que no querían someterse al poder patriarcal por que no deseaban casarse ni tampoco entrar a servir como monjas en los conventos; por lo tanto eran peligrosas y en aquella época, muchos estimaban que podían hacer tambalear el poder de la religión. La mejor forma de que no se siguieran reproduciendo fue hacerlas desaparecer con estos argumentos tan primitivos como terribles.

Un estereotipo es un modelo o fórmula receta. Por ejemplo, si les digo que piensen en una mujer gitana, seguramente la pensarán como la vemos caracterizada en todas partes, con el atuendo que llevan comúnmente las mujeres gitanas, y hasta el pañuelo en la cabeza o las trenzas en el pelo, collares y aros. Si les digo que piensen en un esquimal, la representación que vendrá a la mente, será la de un hombrecito, vestido con pieles, gorro y un iglú cerca de él, parado sobre la nieve. Pensamos mediante estereotipos. Los estereotipos no son malos, sólo que excluyen algunos modelos y seleccionan en nuestro pensar qué es qué y quién es quién.

Sustraerse a esta forma de pensar requiere de un esfuerzo consciente que no todas las personas están dispuestas a realizar. Por lo tanto, poder modificar los textos y materiales de estudio no es cosa tan fácil, es un trabajo arduo y permanente que traerá como resultado el cambio cultural y el cambio de paradigmas que hace ya bastante que venimos hablando.

Estimo que es necesario hacer una revisión de lo que estamos leyendo y sugiriendo que lean las y los estudiantes.
Creo que es imprescindible que las adolescentes jóvenes que recién comienzan a cursar las carreras para ser docentes, lean, revisen y analicen esos libros y evalúen cada uno de esos materiales y se permitan una revisión crítica y reflexionen el porqué de la invisibilización de las mujeres. Y el resultado de esta invisibilización en los materiales de estudio cómo repercute, luego, ya más tarde, cuando van a ejercer las tareas profesionales.

Los libros de cuentos que voy a referir y analizar como paradigmáticos en cuanto a estereotipos de género son: La Cenicienta, Blancanieves y La Bella durmiente por que son muy clarificadores en cuanto a lo que transmiten sobre cómo debe ser y comportarse una mujer y
El Gato con botas, Aladino y Simbad el marino en lo que se refiere a estereotipos de cómo deben ser y comportarse los hombres.
Para el caso de las mujeres, se transmite la idea que hay que saber limpiar, ser ama de casa y saber coser. La cenicienta primero tiene que limpiar todo el hogar, y luego hacerse un traje, para ir primorosamente vestida al Palacio, donde encontrará al príncipe que la rescatará del calvario que vive con la madrastra y sus hijas. También transmite la idea de que las madres que no son madres biológicas son malvadas y siempre están tramando hacerle daño a sus hijastras.
Blancanieves ostenta un tenor similar, ya que la niña es abandonada a su suerte en el bosque por que era tan linda que la madrastra estaba celosa de ella por que opacaba su propia belleza.
Además de transmitir valores inadecuados, donde prima lo externo, la belleza física y se suprimen por completo otros valores.
Blancanieves, además, limpia la cabaña donde vive con los enanitos hasta que queda absolutamente impecable, come luego una manzana envenenada que le envía su madrastra (otra vez el estereotipo de maldad en la persona de una mujer que se casa con alguien que tiene una hija) y quién la saca de su profundo sueño? Un Príncipe azul… y si no es azul, es de color similar…
Un contenido análogo podemos encontrar en la Bella Durmiente, que la rescata de la torre… un Príncipe azul! Y ella, la Bella, se encontraba dormida desde hacía largo tiempo por que se había pinchado el dedo con la rueca con la que hilaba!

En estas tres historias que analizamos tenemos estereotipos similares donde a las mujeres se las representa como amas de casa, pasivas y en varias ocasiones sumisas, que están esperando y necesitan de la “salvación” o el “rescate” de un hombre, que casi siempre será ¡apuesto y príncipe!
Y en la otra idea que transmiten los libros de cuentos, donde las mujeres pueden ser protagonistas, están representadas brujas o madrastras que, lógicamente, son malvadas y perversas.
Queriendo significar que cuando una mujer está sola (la bruja), la soledad, el hecho de no tener pareja, le otorga un halo de maldad.
Y para el caso de la madrastra, transmite la idea que toda mamá que no sea la biológica es mala, perversa y sólo quiere lo peor para sus hijos/as no biológicos. En estos tiempos que corren es preciso pensar en otros cuentos para los niños y niñas, por que la mayoría tiene hoy que convivir con madrastras y padrastros que no son así, que los aman y protegen, aunque no sean sus hijos/as biológicos.

En el Gato con botas, en Aladino y en Simbad el Marino, se representa a los varones como protagonistas principales, activos, resueltos y valientes. Y se transmite la audacia que, necesariamente, deben tener ellos si quieren salir triunfantes de las situaciones que la vida le presenta.

Analizaré ahora cómo se transmite también mediante los libros la idea acerca de que las personas con discapacidad son dependientes, malvadas, complicadas y que no tienen sexualidad.
Y comenzaré con el libro, “Informe sobre ciegos” de Ernesto Sábato. Realmente se nota que ha sido escrito casi con odio hacia las personas ciegas, pero me han dicho que Sábato estaba enemistado con Borges y que de ahí nació ese libro, donde se transmite la idea que las personas ciegas son como reptiles, que les gusta vivir en la oscuridad, que son especuladoras y tantas otras cuestiones que la verdad es hora ya que dejemos de leer y recomendar libros así, que definen de esa forma a las personas por una característica física o sensorial.
De esta forma se relaciona a la ceguera con la oscuridad, la muerte, la locura, la ignorancia o la maldad.
En el cuento “La gallina degollada” de Horacio Quiroga, encontramos a tres personas con discapacidad mental que luego matan a su propia hermana también con discapacidad mental. Creo que no hace falta decir nada más acerca de lo que transmite este cuento que fue publicado en el año 1917 y que, por ese motivo tal vez esté tan sobre cargado de estereotipos en cuanto al comportamiento de las personas con discapacidad mental. Creo que ya es hora que no se lea más en los colegios ni se difunda, debido a la marca estigmatizante que lo caracteriza.

En “El Jorobadito” de Roberto Arlt, podemos encontrar también un relato que denigra, por su condición física la condición de persona.
Y Arlt tiene varios escritos más donde se denigra a las personas con alguna discapacidad o las nombra de forma jocosa y peyorativa.
He leído también, en varias oportunidades, algunos libros en los que las mujeres con discapacidad, generalmente usaban silla de ruedas, eran tomadas como “pobrecitas, enfermitas” y a las que, cuando estaban casadas, su esposo se veía  “obligado” a buscar alguna otra mujer que lo satisfaga sexualmente por que ella, debido a su condición física no podía hacerlo.

Las imágenes mentales e ideas preconcebidas acerca de conductas y formas de ser y de vivir que se transmiten con estos textos son luego bastante difíciles de cambiar.
Estimo que para transformar estas creencias se tendrían que involucrar activamente a las personas con discapacidad en diversas funciones y ocupar otros roles y que cada persona que va a escribir un libro se tome un tiempo para analizar el personaje, especialmente si tiene discapacidad.
Por que sólo con una nueva costumbre se puede cambiar la anterior.
Si así no lo hacemos, seguiremos transmitiendo y circulando ideas, mitos y estereotipos acerca de cómo “NO SON” las personas, familias, mujeres, etc, y creyendo que “ASÍ SON” las cosas, y que todo es inmutable, que no se puede cambiar.
Por que cambiar significa pensar retrospectivamente, viendo qué es lo que sirve y qué es lo que no sirve más. Y lo que no sirve más, desterrarlo, sacarlo, eliminarlo de nuestra educación.
Es necesario un cambio cultural, y en esa transformación estamos todos y todas, ya no es posible escapar de él.
Y tenemos que comprometernos todos y todas. Con un compromiso diario, apasionado y entusiasta.

Antes de finalizar, quiero decirles que también hay en los libros un currículo oculto anti ecológico, y otro, que nos induce a comprar y a que nos avergüence vender.

         Sólo con el compromiso de cada uno, de cada una, se podrán establecer los nuevos paradigmas en género, en discapacidad, en el uso de la mente, del tiempo, del dinero y en el cuidado del medio ambiente, tan necesario hoy.
         Sólo con el compromiso de todos nosotros y de todas nosotras lograremos que estas ideas que transmiten los libros se transformen y den nacimiento a nuevas ideas, más libres, más dignas, más reales.

Muchas gracias!

Silvia Mirta Valori



Bibliografía consultada y citada:

(1)     Cuadernillo de Género y Discapacidad. Discapacidad y Género: una cuestión de derechos. Del Consejo Nacional de la Mujer, Página 10.

(2)     Rusell, Jeffrey, Historia de la brujería, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2005.

jueves, 27 de marzo de 2014

REFLEXIONES DE UNA ESCRITORA...


Como usted puede ver, y/o notar, y/o darse cuenta, ser Escritor/ Escritora, hoy en día está bastante devaluado… Y vaya que no es lo mismo que ser Futbolista, Actriz, Vedette, Modelo, Tenista o Corredor de Autos… a la hora de percibir honorarios me refiero.

Y será tal vez porque nadie ha pensado o plasmado, escrito y observado que este oficio, esta labor requiere de un esfuerzo constante, una superación constante y también, una dedicación y un discernimiento constante…

Por que no crean que, para ser un Buen Escritor/ Escritora, una puede sentarse delante de un papel y escribir cualquier cosa… No, eso no es ser ni sentirse Escritor/ Escritora… Y mucho menos “Un Buen Escritor o Escritora”

Por que para ser un Buen Escritor o Escritora, hay que pasar mucho, hasta puedo decir que demasiado tiempo solo/ sola… Leyendo, reflexionando, pensando, analizando, discerniendo… y escribiendo!

Hay que leer muchos, muchos libros, y no sólo leerlos, sino subrayarlos, volverlos a leer, estudiarlos, analizarlos, desentrañar qué quiso decir y/o comunicar el autor o la autora con tal párrafo…

Hay que investigar constantemente, ver las cosas desde otros ángulos, prestar atención a lo que generalmente las personas ni siquiera miran, abrir los ojos a otras realidades, a otras circunstancias, a otros imprevistos, a otras ideas, a otras opiniones…

Estar a la mira de los detalles, de aquellas “pequeñas cosas” que, justamente por creer o por haber sido educados/as con la idea que “si son pequeñas no son importantes” muchas veces se las pasa por alto…

Aguzar los sentidos para que lo que se quiere decir, se pueda escribir de tal manera que no dañe, no lastime, no perjudique, no lesione, no altere… que acaricie el alma, la “despierte” y no la perturbe…

Por que escribir, se escribe con el alma, y para el alma…

 

Y sin embargo, como dije al principio, ser Escritor/ Escritora está bastante devaluado… Y qué quiero decir con ello? Por qué lo reitero?

Porque la persona que se dedica a escribir, tiene, además, que leer, leer y leer, observar, analizar, prestar atención, para luego volcar en el papel lo que percibe, lo que cree que es, lo que siente que se debe decir, aquello que aclare el panorama, que despeje las dudas…

Y Sin Embargo, este oficio, no está pagado, no está valorado ni se percibe un dinero por el tiempo y por lo que uno/a se dedica a él, como si pasa con otros oficios, carreras, profesiones, labores…

Es para pensarlo, elaborarlo y analizar seriamente qué sería del Mundo sin los/as Escritores/as, de dónde sacaríamos el conocimiento, cómo haríamos para transmitirlo, de dónde proviene esta idea que el Escritor o la Escritora, hasta que no es “Reconocido/a” por “Don  Mercado”, que no es otro que el poderoso Mercado financiero, y puede o tiene la “suerte” que un Best Seller sea un libro propio, escrito por él o por ella, no percibe un dinero, no tiene un título, no es reconocido/a para integrar una Comisión internacional de seguimiento de las Convenciones, por ejemplo, siendo que este Escritor, Escritora, se ha dedicado tal vez más tiempo que el que tiene un título de una profesión cualquiera a la tarea de leer y estudiar textos de diversos autores… y analizarlos, y reinterpretarlos y volverlos a analizar…

 

Lo que deseo es que piensen, observen un poco y me digan ¿de dónde obtendríamos el conocimiento, de dónde estudiaríamos si no fuera por que hubo escritores y escritoras que dieron mucho sin obtener nada? Y que lograron que sus libros se impriman….?

De dónde estudiaría esta gente que hoy son Profesoras/es, Maestras, Doctores/as, Licenciadas/os y tantas otras profesiones, si no hubiera libros o páginas en Internet, (ahora) con libros o ebooks?

Si no hubiera existido un buen número de Escritores que plasmaron las sílabas y las palabras en las hojas en blanco de un cuaderno, y que se rompieron el alma para que luego alguien se lo editara, y allí quedó, para las nuevas generaciones…

Ahora, me pregunto, no ha llegado la hora de cambiar esto? De pensar que, si una persona se dedica a escribir, no puede también tener el tiempo para salir a trabajar afuera a un trabajo común? Y si lo tiene, estaría bueno que ese tiempo lo dedique a investigar, pasear y/o hacer lo que le gusta, es demasiado alocado? Es demasiado utópico? Ustedes saben lo que cuesta escribir un libro? Cuánto tiempo hay que disponer para ello? Saben lo que cuesta lograr que ese libro sea editado? Y no hablo sólo de dinero… Saben que los y las Escritoras/es que no están reconocidos, no tienen un “título habilitante” que les permite, por ejemplo, ganar “por título” o “por experiencia profesional” en algunos empleos y puestos?

Creo que es hora de presentar un proyecto para que los Escritores y Escritoras podamos rendir algo así como un “Curso Nivelador” avalado por el Ministerio de Educación de la Nación que nos permita tener el título, por ejemplo, de Escritor/a, o de Licenciado en Redacción o el título que sea, pero que nos habilite a dar clases, a percibir un dinero extra en un trabajo remunerado, que nos habilite a integrar Comisiones Internacionales y muchas otras cosas más…

Escritores y Escritoras… estimadas Personas que se dedican a escribir, es hora de pensarlo, por que tampoco nos consideran una Pymes, y, para hacer editar los Libros tenemos que recorrer muchos sitios, escuchar muchos “noes” y sentir que muchas puertas se cierran a nuestras espaldas, hasta que aparece el Hada Madrina…

Pretendo que piensen en alternativas para tanta gente que hoy escribe como labor, por que le gusta, sí, pero por que sabe y tiene conocimiento para hacerlo, también. Y por eso, debería recibir un Sueldo, un haber mensual como si fuera cualquier otro trabajo…

 

Con Afecto, Silvia Mirta Valori – Marzo de 2014


--
Silvia Mirta Valori
Escritora
www.silviamirtavalori.com.ar
www.elblogdesilviamirtavalori.blogspot.com
www.viajesinbarreras.blogspot.com
www.miropadevestir.blogspot.com
www.whohub.com/silviamirtavalori
www.facebook.com/silviamirta.vallori
www.twitter.com/#!/Silviamvalori


Encuentre más información sobre mis teleservicios en
Torres de Teletrabajo. Oficina B 8 Piso 99 

"QUÉ ES LO PEOR DE NO HABER LEÍDO UN LIBRO EN LOS ÚLTIMOS 90 DÍAS?... LO PEOR ES NO HABER LEÍDO UN LIBRO EN LOS ÚLTIMOS 90 DÍAS Y CREER QUE NO IMPORTA" de JIM ROHN (Motivador profesional y Escritor)

Los archivos en formato de imagen, no pueden ser leídos por los lectores de pantalla utilizados por personas con discapacidad visual. Por favor si envía un afiche, reproduzca su contenido en el cuerpo del mensaje y si se trata de una imagen, haga una breve descripción de la misma. Una sociedad inclusiva, es aquella que reconoce, respeta y valoriza la diversidad humana.
 
"El velo mental es el más peligroso, por que es invisible" NAWAL AL SAADAWI.

"No evalúes cada día por las cosechas, sino por las semillas que siembres" (del Boletín semanal de Psicorecursos)

"POR EL BIEN DE NUESTROS ÁRBOLES Y DE LA VIDA, SI NO ES IMPRESCINDIBLE, NO IMPRIMA ESTE MENSAJE"



--
Silvia Mirta Valori
Escritora
www.silviamirtavalori.com.ar
www.elblogdesilviamirtavalori.blogspot.com
www.viajesinbarreras.blogspot.com
www.miropadevestir.blogspot.com
www.whohub.com/silviamirtavalori
www.facebook.com/silviamirta.vallori
www.twitter.com/#!/Silviamvalori


Encuentre más información sobre mis teleservicios en
Torres de Teletrabajo. Oficina B 8 Piso 99 

"QUÉ ES LO PEOR DE NO HABER LEÍDO UN LIBRO EN LOS ÚLTIMOS 90 DÍAS?... LO PEOR ES NO HABER LEÍDO UN LIBRO EN LOS ÚLTIMOS 90 DÍAS Y CREER QUE NO IMPORTA" de JIM ROHN (Motivador profesional y Escritor)

Los archivos en formato de imagen, no pueden ser leídos por los lectores de pantalla utilizados por personas con discapacidad visual. Por favor si envía un afiche, reproduzca su contenido en el cuerpo del mensaje y si se trata de una imagen, haga una breve descripción de la misma. Una sociedad inclusiva, es aquella que reconoce, respeta y valoriza la diversidad humana.
 
"El velo mental es el más peligroso, por que es invisible" NAWAL AL SAADAWI.

"No evalúes cada día por las cosechas, sino por las semillas que siembres" (del Boletín semanal de Psicorecursos)

"POR EL BIEN DE NUESTROS ÁRBOLES Y DE LA VIDA, SI NO ES IMPRESCINDIBLE, NO IMPRIMA ESTE MENSAJE"

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Género, discapacidad y participación política 

Autora: Silvia Mirta Valori

   Para poder llegar a determinar lo más claramente posible el por qué de la ausencia en la participación política –y, en consecuencia, en lugares jerárquicos del gobierno– de las personas con discapacidad y, especialmente, de las mujeres con discapacidad, es necesario percibir la situación como un problema por que para quiénes tenemos interés en transformar la realidad, los problemas representan una discordancia entre la situación tal cuál se presenta y aquello que sería “lo ideal” o “cómo las cosas debieran ser”.
Existen problemas que para ser resueltos exigen poder político, recursos económicos y humanos, conocimientos y capacidades (1)
Trataré, entonces, de establecer los recursos que harán falta para, de alguna manera y a mediano plazo, subsanar el problema presentado.
Y mientras voy discurriendo entre lo que sucede actualmente y lo que sería “lo ideal”, analizaré el valor político del problema para la sociedad en general, para los partidos políticos y para la población afectada (mujeres y varones con discapacidad)
Para comenzar a solucionar el problema presentado, es imprescindible contar con voluntad política y poder para que la temática de género y discapacidad forme parte de la agenda pública y con el propósito de  fundamentar lo que escribo me remito al Artículo 6 de la CDPD. Mujeres y discapacidad que textualmente expresa: 1. Los Estados Partes reconocen que las mujeres y niñas con discapacidad están sujetas a múltiples formas de discriminación y, a ese respecto, adoptarán medidas para asegurar que puedan disfrutar plenamente y en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. 2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas pertinentes para asegurar el pleno desarrollo, adelanto y potenciación de la mujer, con el propósito de garantizarle el ejercicio y goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales establecidos en la presente Convención. (2)
Es preciso, por lo tanto, tomar como asunto de Estado la inclusión de las mujeres con discapacidad en todos los ámbitos, potenciando su empoderamiento, ya que además de establecerlo claramente la Convención, estamos inmersas/os en nuestro país –lo cuál me alegra enormemente – en un Proyecto de Gobierno Nacional y Popular en el que fundamentalmente se conocen, difunden, propician y ejercen nuestros derechos humanos fundamentales, por lo que creo también que es tiempo ya que las personas con discapacidad sean educadas en escuelas comunes, que la educación se brinde a todos los niños y niñas sin distinciones de ningún tipo y de ninguna clase. Una tarea esencial será procurar que la amplia visión de la Educación para Todos, como concepto integrador, se refleje en las políticas de cada país y de los organismos de financiación. La Educación para Todos deberá [...] tener en cuenta las necesidades de los pobres y más desfavorecidos, comprendidos los niños que trabajan; los habitantes de zonas remotas; los nómadas; las minorías étnicas y lingüísticas; los niños, jóvenes y adultos afectados por conflictos, el VIH/SIDA, el hambre o la mala salud; y los que tienen necesidades especiales de aprendizaje” (Comentario detallado del Marco de Acción de Dakar, párr. 19.) y Artículo 24, Educación, de la Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con discapacidad (3)

 Que se impulse el empoderamiento y el protagonismo de las/os niñas/os y de las/os jóvenes con discapacidad, otorgándoles un rol activo y promoviendo las capacidades, para lograr tomar conciencia –justamente, otro de los artículos de la Convención (3) es el Artículo 8, la Toma de Conciencia— en el que están enumerados algunos de los ítems imprescindibles para que este propósito no siga siendo un mero enunciado y llene de palabras vacías de significado el discurso de algunas personas, y que son: sensibilizar a la sociedad, incluso a nivel familiar, para que tome mayor conciencia respecto de las personas con discapacidad y se fomente el respeto de los derechos y la dignidad de estas personas; así como también luchar contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas nocivas respecto de las personas con discapacidad, incluidos los que se basan en el género o la edad, en todos los ámbitos de la vida y promover la toma de conciencia respecto de las capacidades y aportaciones de las personas con discapacidad.
En tanto que las medidas ineludibles para lograr estas metas incluyen: a) Poner en marcha y mantener campañas efectivas de sensibilización pública destinadas a: i) Fomentar actitudes receptivas respecto de los derechos de las personas con discapacidad; ii) Promover percepciones positivas y una mayor conciencia social respecto de las personas con discapacidad; iii) Promover el reconocimiento de las capacidades, los méritos y las habilidades de las personas con discapacidad y de sus aportaciones en relación con el lugar de trabajo y el mercado laboral; b) Fomentar en todos los niveles del sistema educativo, incluso entre todos los niños y las niñas desde una edad temprana, una actitud de respeto de los derechos de las personas con discapacidad; c) Alentar a todos los órganos de los medios de comunicación a que difundan una imagen de las personas con discapacidad que sea compatible con el propósito de la presente Convención; d) Promover programas de formación sobre sensibilización que tengan en cuenta a las personas con discapacidad y los derechos de estas personas.
Sin esta toma de conciencia, no será posible lograr la inclusión equitativa e igualitaria en la sociedad, ya que desde hace mucho tiempo atrás venimos enmarcadas dentro de un “modelo” de personas enfermas y dependientes,  por el cuál nuestros/as semejantes piensan o creen que vivimos “del aire” o que “alguien nos mantiene” o de la caridad y la limosna, siendo en muchos casos, subvaloradas y subordinadas a teorías y prácticas que no permiten el protagonismo ni la autonomía ni el empoderamiento. Y quiénes se salen de este modelo, son consideradas “súper personas” o “personas excepcionales”. No existe un término medio, la sociedad no considera hasta el día de hoy a las personas con discapacidad dentro de la media o de la “gente común” ni como lo que verdaderamente somos: ciudadanas, votantes, electoras, clientas y consumidoras, en consecuencia, ciudadanas como todas las demás. Por ello es que creo fundamental lograr consenso para realizar esta toma de conciencia, esta concientización en todo el país, y así dar cumplimiento al artículo 8 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con discapacidad que Argentina ha ratificado mediante ley Nº 26378.
Analizando el caso de las mujeres con discapacidad y las causas de su exclusión social es preciso tener en cuenta el proceso de socialización al que estamos sometidas desde pequeñas y que es transmitido por las familias, las escuelas, las iglesias y los medios de comunicación, y aunque este proceso afecta tanto a mujeres como a varones, es principalmente a ellas a quiénes se las coloca en una posición subordinada e infravalorada en la que son eternamente niñas, eternamente ingenuas, eternamente dependientes. Casi todas las mujeres con discapacidad trabajan en sus casas, son muchas veces cuidadoras de niños y niñas (sobrinos/as y/o familiares de otras mujeres que tienen empleos remunerados), realizan tareas domésticas, cocinan, compran alimentos, cosen, bordan, tejen, entre otras actividades consideradas “femeninas”, pero no obtienen dinero por su trabajo ni son reconocidas como trabajadoras y aportantes; y en el imaginario colectivo no se las considera protagonistas ni que pueden tener su propia casa y sus propios/as hijos/as, de alguna manera entonces, podemos decir que no se les permite vivir su propia vida, ni se las piensa como personas activas y autónomas, entonces, ¿cómo se les va a permitir participar en política? ¿Si cuando las mujeres sin discapacidad están pensando en abandonar (por decirlo de alguna manera) el rol tradicional de “mujer cuidadora, madre, ama de casa”, a la mujer con discapacidad ni siquiera se le reconoce socialmente que puede ocupar esos roles aunque los realiza todos los días y perfectamente?  (4)
Además, en varias ocasiones, las mujeres con discapacidad se convierten en cuidadoras de sus madres y padres, cuando estos llegan a una edad en la que necesitan ser atendidos/as, ya que estas mujeres continúan viviendo en la misma casa y no han formado su propia familia, por lo cuál son las más indicadas para atenderlos/as y dispensarles los cuidados que necesitan.
Para cambiar estas ideas estereotipadas hace falta el poder político, más la firme decisión de transformar costumbres y pensamientos arraigados en la sociedad y que los medios de comunicación difundan y transmitan ideas más reales y positivas del trabajo y el aporte que realizan a la sociedad las mujeres con discapacidad.
También hacen falta recursos tanto económicos como humanos. Los recursos económicos que se necesitan para subsanar el problema que representa la ausencia en la participación en todos los ámbitos de las mujeres con discapacidad, pero especialmente en el político, son aquellos que contribuirán a poner en vigencia medidas de acción positiva, como por ejemplo, que el Estado, las Obras Sociales y/o alguna entidad relacionada se haga cargo del pago a los/as Acompañantes y Asistentes personales de aquellas personas que no pueden salir y andar solas, sin asistencia, para que participen en cursos, jornadas y capacitaciones, y/o concurran a la Universidad y a los Institutos de Formación, otorgándoles becas y traslados pagos hasta los sitios ya que uno de los impedimentos más grandes que tienen las mujeres con discapacidad –y todas las personas con diversidad funcional— para la participación son las barreras tanto del transporte como las arquitectónicas en calles, veredas y edificios en general, las denominadas “barreras del entorno” que se han construido por que dentro de cada uno de nosotros y de nosotras no pensamos, antes de hacer, que podemos llegar a tener una discapacidad, nuestra imaginación no sospecha siquiera que la discapacidad puede sobrevenir en cualquier momento de nuestras vidas, no importa la edad. Eso no se piensa, los/as Arquitectos/as se resisten a dejar de diseñar edificios con escaleras, escalones y desniveles, pasillos angostos y puertas demasiado estrechas y así se continúa construyendo como si las personas nacieran y pudieran mantener un estado físico excelente durante toda la vida, y esto, lamento decirles, no ocurre en la mayoría de los casos. Quiero significar que la inmensa mayoría de personas necesitarán o usarán un elemento ortopédico para trasladarse en alguna etapa de sus vidas –aunque sea de manera transitoria— o tendrán una disminución visual, auditiva y/o del habla, y esto, puede ocurrir por varios motivos como pueden ser los accidentes, enfermedades, excesos en la alimentación y, en consecuencia obesidad o sobrepeso, o por el contrario, carencia de nutrientes esenciales y discapacidades por mal nutrición, etc y etc. Actualmente las personas llegan a vivir más de ochenta años y casi todas las personas que tienen esa edad, usan anteojos, dientes postizos y han soportado alguna intervención quirúrgica que les ha dejado como consecuencia “menos capacidad para…” y algún aparato insertado dentro de su cuerpo o bien externo como son los bastones, muletas, sillas de ruedas, audífonos, etc.
Es necesario también contar con recursos económicos para transformar los edificios y que sean todos ellos (o la mayoría al menos) accesibles, con salones donde se puedan utilizar los baños y que estos salones cuenten con la accesibilidad necesaria para personas sordas, personas ciegas, personas con movilidad reducida, personas que utilizan la comunicación alternativa y aumentativa, que nadie quede afuera, por que todas las personas somos importantes y por que todas las personas pueden realizar esos aportes tan necesarios para colaborar con el cambio social en esta época de transición que nos ha tocado vivir.
Pero no crean que hacen falta millones de pesos para transformar esta arquitectura y el transporte que tenemos; si bien para hacer accesibles los edificios y el transporte hace falta dinero, por supuesto, no es tanto, es solamente y más precisamente, como escribí al principio, ganas y voluntad política de que realmente estemos todos y todas presentes, mujeres y varones, personas con y sin discapacidad, en todos los ámbitos, con voz, siendo escuchadas, tenidas en cuenta y que los proyectos que presentan las personas con discapacidad sean analizados y valorados de la misma forma que los que presentan personas que no tienen discapacidad. Por que el “ninguneo” también forma parte de algunos organismos de Gobierno y de algunas personas que trabajan en ellos y no existe nada tan limitante y perjudicial para el avance de las sociedades como este ninguneo y el “hacer como si”. Me pregunto qué se gana con esto y les pido que se formulen esta pregunta quiénes lo soportan o quiénes tienden a hacerlo, a ver si tienen una respuesta lógica.
Además de los recursos económicos tenemos que contar con recursos humanos, con gente perfectamente capacitada en los diversos temas relacionados con las personas con discapacidad desde una perspectiva de género, para investigar, analizar, escribir, instruir e instalar estas nuevas perspectivas en los/as Dirigentes de los partidos políticos y de los Organismos de gobierno. Especialmente, en los lugares jerárquicos, que llegue la información y la capacitación –y se concienticen— “los Jefes y las Jefas”, por que poco podemos lograr si se mantiene el “techo” que existe actualmente para una persona que tiene discapacidad en los Organismos públicos de gobierno y que consiste en desempeñarse como Cadete/a, Empleada/o administrativa/o y/o Asesor/a (cargo máximo)
Asimismo, es necesario que en las listas de partidos políticos se establezca un cupo, que así como existe un cupo de mujeres, haya un cupo de personas con discapacidad.
Lo ideal sería constituir las listas para las elecciones partidarias  con el 40 por ciento de mujeres sin discapacidad (aumentar el cupo en un diez por ciento es válido, ya que sería más equitativo, creo que ya hay algunos proyectos de ley para subir el cupo), el otro 40 por ciento para varones sin discapacidad y luego, un diez por ciento de mujeres con discapacidad y un 10 por ciento de varones con discapacidad, así estaríamos representados en el Congreso y en la Cámara de Diputados por un 20 por ciento de personas con discapacidad (y además, seríamos representados/as por un 50 por ciento de mujeres –sin y con discapacidad— y un 50 por ciento de varones— sin y con discapacidad). Y algunos cargos jerárquicos serían ocupados también por personas con discapacidad, perfectamente instruidas y aptas para tales cargos, especialmente aquellos que están directamente relacionados con la discapacidad.
Escribí al principio que trataría de idear una solución al problema que representa la ausencia de personas con discapacidad en la participación política, y creo que estoy arribando a la misma ya que tendríamos casi resuelto el problema, por que el hecho de instalar conocimientos y capacidades se resolvería mediante las medidas de acción positiva, potenciando el saber de las personas con discapacidad, especialmente de las mujeres, otorgando becas y facilitando su concurrencia a jornadas, cursos, capacitaciones, a los Institutos de Formación y a las Universidades.
Además, se instalarían conocimientos y capacidades en las personas dirigentes de partidos políticos y de gobierno, instruyéndoles sobre equiparación de oportunidades y trato, perspectiva de discapacidad, perspectiva de género, Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) (5), Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad (CDPD) y otros Tratados que a nivel internacional se han aprobado, llegando a obtener de esa manera todos y todas, una formación comprometida con el respeto y la valorización de la diversidad, logrando conformar una sociedad “A partir de las diferencias” y No “A pesar de las diferencias” dándonos cuenta que lo que nos enriquece como seres humanos son, precisamente, esas diferencias.
Por los motivos que he mencionado y para visibilizar a gran parte de la población, que permanece en sus casas o internadas en hospitales, hogares, geriátricos y otros, sin reconocimiento y muchas veces, sin poder vivir su propia vida, sin ejercer sus derechos, sin participar socialmente, es que creo necesario plantear el cambio de paradigma a nivel político y a nivel país, y llegar a tener la suficiente amplitud mental para reconocer que si bien es cierto que sería prácticamente imposible que todos los grupos excluidos estén representados en los partidos políticos y entre la clase dirigente es Sí posible incluir a un veinte por ciento de personas con discapacidad que además, pertenecen y son parte de todos estos grupos, ya que la discapacidad atraviesa todas las edades, todas las clases, todas las etnias, todos los géneros, todas las nacionalidades, todos los grupos.
Estimo que es indispensable contar con los conocimientos, ideas y experiencias de tantas personas que día a día atraviesan por situaciones que exigen cambiar el paradigma, que exigen ver y hacer las cosas de otra forma, desde otra perspectiva. Por que como decía Albert Einstein la mejor manera de resolver un problema que no tiene solución es cambiando el paradigma para lo cuál es necesario tener amplitud mental y verdaderas ganas de mejorar el mundo y nuestro entorno día a día.
A la Argentina, a nuestro país, a mi país, la integramos todos y todas, mujeres y varones, con y sin discapacidad, y todos y todas merecemos estar y vivir mejor cada día, vivir con y en dignidad, merecemos que se respeten nuestros derechos para que podamos cumplir con nuestras obligaciones, para que un día no tan lejano, podamos gozar de una sociedad en la cuál la solidaridad, la amistad, el amor, la armonía y el bienestar sean realidades y no sólo quimeras, para que podamos seguir soñando con una patria integrada por ciudadanos y ciudadanas de primera, no de segunda ni de tercera como hoy todavía existen, ciudadanas y ciudadanos nobles, solidarios/as y afectuosos, donde la palabra Amor y Fraternidad reemplacen al Desamor y a la Violencia, donde los medios de comunicación difundan ideas e imágenes positivas y reales de las personas con discapacidad, donde todos los niños y niñas sean educados de manera tal que, cuando sean mayores puedan disfrutar de la diversidad y no mirar al otro o a la otra “diferente” como a un/a extraño/a que viene de otro planeta.
Donde las personas gobiernen, decidan, elijan y sean respetadas por sus conocimientos, aptitudes, saberes y experiencias. Donde “ser diferente” sea considerado “lo normal”.
Por último, quiero dejarles esta frase de Mariano Moreno que comparto y a la que adhiero convencida que así efectivamente es, sólo que le cambiaría la palabra “hombre” por la de “persona”:
"En vano se harán grandes esfuerzos por el bien público, en vano provocarán congresos, promoverán arreglos, y atacarán las reliquias del despotismo, si los pueblos no se ilustran, sino se vulgarizan sus derechos, si cada hombre (persona) no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe. El derecho no nace de la letra sino de la acción que lo lleva a la práctica"


Fuentes citadas y bibliografía consultada.

(1)    Manual de Capacidades Técnicas y de Gestión. Consejo Nacional de la Mujer del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, 2003.

(2)    y (3) CDPD, en adelante, la Convención: Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad sancionada por la ONU en Diciembre de 2006 y ratificada por Argentina en Mayo de 2008 mediante Ley Nacional Nº 26.378.
La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y su Protocolo Facultativo fueron aprobados el 13 de diciembre de 2006 en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, y quedaron abiertos a la firma el 30 de marzo de 2007. Se obtuvieron 82 firmas de la Convención y 44 del Protocolo Facultativo, así como una ratificación de la Convención. Nunca una convención de las Naciones Unidas había reunido un número tan elevado de signatarios en el día de su apertura a la firma. Se trata del primer instrumento amplio de derechos humanos del siglo XXI y la primera convención de derechos humanos que se abre a la firma de las organizaciones regionales de integración. Señala un “cambio paradigmático” de las actitudes y enfoques respecto de las personas con discapacidad.
La Convención se concibió como un instrumento de derechos humanos con una dimensión explícita de desarrollo social. En ella se adopta una amplia clasificación de las personas con discapacidad y se reafirma que todas las personas con todos los tipos de discapacidad deben poder gozar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Se aclara y precisa cómo se aplican a las personas con discapacidad todas las categorías de derechos y se indican las esferas en las que es necesario introducir adaptaciones para que las personas con discapacidad puedan ejercer en forma efectiva sus derechos y las esferas en las que se han vulnerado esos derechos y en las que debe reforzarse la protección de los derechos.   Disponible en: http://www.un.org/spanish/disabilities/default.asp?id=497.
(3) Artículo 24 de la CDPD - Educación
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles así como la enseñanza a lo largo de la vida, con miras a:
a) Desarrollar plenamente el potencial humano y el sentido de la dignidad y la autoestima y reforzar el respeto por los derechos humanos, las libertades fundamentales y la diversidad humana;
b) Desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las personas con discapacidad, así como sus aptitudes mentales y físicas;
c) Hacer posible que las personas con discapacidad participen de manera efectiva en una sociedad libre.
2. Al hacer efectivo este derecho, los Estados Partes asegurarán que:
a) Las personas con discapacidad no queden excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad, y que los niños y las niñas con discapacidad no queden excluidos de la enseñanza primaria gratuita y obligatoria ni de la enseñanza secundaria por motivos de discapacidad;
b) Las personas con discapacidad puedan acceder a una educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y gratuita, en igualdad de condiciones con las demás, en la comunidad en que vivan;
c) Se hagan ajustes razonables en función de las necesidades individuales;
d) Se preste el apoyo necesario a las personas con discapacidad, en el marco del sistema general de educación, para facilitar su formación efectiva;
e) Se faciliten medidas de apoyo personalizadas y efectivas en entornos que fomenten al máximo el desarrollo académico y social, de conformidad con el objetivo de la plena inclusión.
3. Los Estados Partes brindarán a las personas con discapacidad la posibilidad de aprender habilidades para la vida y desarrollo social, a fin de propiciar su participación plena y en igualdad de condiciones en la educación y como miembros de la comunidad. A este fin, los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes, entre ellas:
a) Facilitar el aprendizaje del Braille, la escritura alternativa, otros modos, medios y formatos de comunicación aumentativos o alternativos y habilidades de orientación y de movilidad, así como la tutoría y el apoyo entre pares;
b) Facilitar el aprendizaje de la lengua de señas y la promoción de la identidad lingüística de las personas sordas;
c) Asegurar que la educación de las personas, y en particular los niños y las niñas ciegos, sordos o sordociegos se imparta en los lenguajes y los modos y medios de comunicación más apropiados para cada persona y en entornos que permitan alcanzar su máximo desarrollo académico y social.
4. A fin de contribuir a hacer efectivo este derecho, los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para emplear a maestros, incluidos maestros con discapacidad, que estén cualificados en lengua de señas o Braille y para formar a profesionales y personal que trabajen en todos los niveles educativos. Esa formación incluirá la toma de conciencia sobre la discapacidad y el uso de modos, medios y formatos de comunicación aumentativos y alternativos apropiados, y de técnicas y materiales educativos para apoyar a las personas con discapacidad.
5. Los Estados Partes asegurarán que las personas con discapacidad tengan acceso general a la educación superior, la formación profesional, la educación para adultos y el aprendizaje durante toda la vida sin discriminación y en igualdad de condiciones con las demás. A tal fin, los Estados Partes asegurarán que se realicen ajustes razonables para las personas con discapacidad.
(3)    Superar la exclusión mediante planteamientos integradores en la educación. Un desafío, una visión”. Documento Conceptual. UNESCO, 2003.

(4)    Según estimación de la EDDES (España) Encuesta sobre Discapacidad, deficiencias y estados de salud, INE, IMSERSO, ONCE, 1999, casi medio millón de mujeres con discapacidad permanecen invisibles en sus casas, con una escasísima participación social, y muchas de ellas, no son conscientes de los derechos que pueden y deben ejercitar.
 En Argentina no existen estadísticas desagregadas sobre género,  discapacidad y trabajo remunerado, específicamente, aunque la ENDI
(Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad), complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, fue realizada en las principales localidades del país entre noviembre 2002 y el primer semestre de 2003 y reportó la siguiente información:
Total: 2.176.123 personas con discapacidad de las cuáles 1.010.572 son varones  y 1.165.551 son mujeres.
Aclaración de la autora: considero que esta cifra es bastante más elevada, ya que no se tuvo en cuenta la población de hogares, geriátricos, hospitales y pueblos de menos de 5000 habitantes.

La Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad (ENDI) constituye el documento oficial con base estadística más importante que se haya elaborado para conocer la prevalencia de personas con discapacidad en nuestro país y su situación educativa, laboral, de inserción social, de acceso a servicios de salud, etc. Como tal, es empleada para la definición de políticas públicas y para la asignación de recursos.
Sin embargo, los resultados que arroja no se condicen con estudios realizados en otros países ni con la realidad que enfrentan a diario no sólo las personas con discapacidad sino las organizaciones que las nuclean y representan. Esto obliga a un análisis critico de la ENDI
Lo citado entre comillas ha sido escrito y expuesto por Eduardo Joly, Sociólogo, en las Jornadas sobre Discapacidad y Universidad “Reconocer la diferencia para proteger la igualdad”, en el año 2006. Disponible en: http://www.rumbos.org.ar/podemos-confiar-en-la-endi

(5)    CEDAW: Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Diciembre de 1979. Ratificada por Argentina en el año 1985 mediante Ley Nº 23.179.
La Convención tiene como finalidad eliminar efectivamente todas las formas de discriminación contra la mujer, obligando a los estados a reformar las leyes con tal fin y discutir sobre la discriminación en el mundo. En su artículo 1, la CEDAW (por sus siglas en inglés) define la discriminación contra la mujer como:
Cualquier distinción, exclusión o restricción hecha en base al sexo que tenga el efecto o propósito de disminuir o nulificar el reconocimiento, goce y ejercicio por parte de las mujeres, independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera. También establece un programa de acción para poner fin a la discriminación por razón de sexo: los Estados que ratifican el Convenio tienen la obligación de consagrar la igualdad de género en su legislación nacional, derogar todas las disposiciones discriminatorias en sus leyes, y promulgar nuevas disposiciones para proteger contra la discriminación contra la mujer. También deben establecer tribunales y las instituciones públicas para garantizar a las mujeres una protección eficaz contra la discriminación, y adoptar medidas para eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer practicada por personas, organizaciones y empresas. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Convenci%C3%B3n_sobre_la_eliminaci%C3%B3n_de_todas_las_formas_de_discriminaci%C3%B3n_contra_la_mujer


viernes, 31 de mayo de 2013

Relación entre pobreza, género y cambio climático

Pobreza. Género y Cambio Climático

Ponencia presentada en el II Foro Iberoamericano de Desarrollo Sostenible Rosario 2013

Autora: Silvia Mirta Valori

Recientemente la CEPAL ha definido a la pobreza tomando en consideración sus diversas dimensiones y, además de entenderla como una expresión de la carencia de recursos económicos o de condiciones de vida que la sociedad considera básicos, ha destacado la importancia de enfoques como el de la exclusión social, el de las capacidades y el participativo, por lo que actualmente la considera un fenómeno de múltiples facetas y causas.

Sumando estas dimensiones, y analizándolas profundamente, es preciso darse cuenta por qué podemos hablar de “feminización” de la pobreza, por qué las mujeres son la mayoría de los/as pobres del mundo y por qué la pobreza tiene género.

Hoy ya nadie discute que la pobreza afecta de forma diferente a mujeres y hombres. Que la división sexual del trabajo, en la que la mujer está destinada al espacio doméstico realizando tareas no remuneradas, y participando en ámbitos comunitarios, donde tampoco recibe retribución alguna por su trabajo reduce de manera significativa sus posibilidades de acceder al espacio público, así como también limita y coarta las posibilidades de las mujeres de tener una vida abundante y económicamente próspera.

La desigualdad de oportunidades que afecta a las mujeres para acceder al trabajo remunerado perjudica sus posibilidades de tener  autonomía económica.

“… La división del trabajo por sexo, al asignar a las mujeres el espacio doméstico, determina la “desigualdad en las oportunidades que ellas tienen como género para acceder a los recursos materiales y sociales (propiedad de capital productivo, trabajo remunerado, educación y capacitación), así como a participar en la toma de las principales decisiones políticas, económicas y sociales”. Bravo, 1998 p.63...” 

Para continuar analizando la correlación que existe entre pobreza,  género y sus consecuencias es preciso definir qué es el sexo, qué es el género y qué significa la perspectiva de género, y llegar a precisar más sucintamente de qué forma las relaciones inequitativas que se establecen en la sociedad contribuyen a perpetuar la desigualdad y la pobreza.

El sexo se refiere a las características biológicas que traemos al nacer y que nos definen como un macho o una hembra. Pertenece al orden de la naturaleza.

El género es un sistema de normas y conductas que regula las actividades de las personas y establece qué es lo propio de “la mujer” y qué “del varón”. Dentro de este sistema se coloca a los varones en una posición dominante y activa, mientras que las mujeres adoptan una posición subordinada y pasiva en la que se desvalorizan y/o negativizan las prácticas y proyectos femeninos.
El género es, además, una construcción cultural que se aprende e  internaliza mediante el proceso de socialización al que estamos sometidos todas y todos, desde que nacemos y que se da en las familias, las escuelas, las iglesias, los clubes, los medios de comunicación.

La perspectiva de género es un instrumento de análisis que nos permite desentrañar cómo estas relaciones jerárquicas e  inequitativas afectan el desarrollo personal y la vida de las mujeres que deberán soportar hasta el encierro y la violencia, en ocasiones, por depender económicamente de un hombre para su subsistencia.

“… El enfoque de la exclusión social estudia las características estructurales de la sociedad que generan procesos y dinámicas que excluyen a los individuos o a los grupos de la participación social plena. Hace especial referencia a la distribución de las oportunidades y los recursos para la superación de la exclusión, y al fomento de la inclusión tanto en los mercados de trabajo como en los procesos sociales…” (*)

Sin duda alguna vivimos en una sociedad aún hoy y a pesar de todos los avances, que destina a una mayoría de mujeres al espacio doméstico, impidiendo de esta manera su participación en ámbitos productivos como lo son el político, económico y público.

Si bien una importante cantidad de mujeres ha logrado salir, avanzar significativamente y lograr su independencia financiera, es bien cierto que existe el denominado “techo de cristal” por lo que aún les resulta dificultoso llegar a espacios en los que pueden usar su poder de decisión y, en muchos casos, aún teniendo poder de decisión, están rodeadas de hombres que no les permiten y/o que les ponen trabas cuando deciden trabajar por el progreso de sus congéneres. 

Por su parte, en el enfoque participativo los/as pobres definen a la pobreza a partir del análisis que ellos/as mismos/as hacen de su realidad e incluyen los aspectos que consideran significativos. Desde este punto de vista, la superación de la pobreza pasa por el empoderamiento de los/as pobres. (Ruggeri, Saith y Stewart, 2003; Arriagada, 2003).

Así como la superación de la pobreza pasa por el empoderamiento de los/as pobres, el adelanto y progreso de las mujeres, pasa por el empoderamiento de las propias mujeres, entendiendo (y tanto ellas como ellos) que es realmente utópico pretender que las sociedades avancen y tengan un nivel de vida realmente cómodo, encaminado a un estado de bienestar, si la mayoría de la población aún no ha logrado insertarse satisfactoriamente en el mercado laboral y no percibe remuneración económica alguna por su trabajo cotidiano.
Es como pretender que en una casa de diez personas prosperen económicamente sólo con el trabajo y aporte de tres o cuatro personas. A menos que hayan logrado adquirir una industria o empresa sumamente rentable, no será posible, siempre resultará que lo que ingresa es menor que lo que egresa en gastos, alimentación y otros.

Un capítulo aparte merece la situación en la que se encuentran las mujeres rurales, quiénes realizan aportes día a día a la economía del hogar y a la sociedad, sin recibir reconocimiento ni mención alguna, ni remuneración acorde a su trabajo y a sus contribuciones para el desarrollo de la comunidad toda.

En este sentido, se encuentran casi en el mismo nivel que las mujeres con discapacidad, que son relegadas a la condición de no-mujeres o de medio-mujeres y una importante cantidad de personas –que no tienen relación y conocimiento directo de la discapacidad— suponen que viven “del aire” o de la caridad y la limosna y no tienen en cuenta los aportes que día a día realizan con su trabajo, muchas veces no remunerado y otras, mal remunerado y por el cuál tampoco obtienen reconocimiento alguno.

Relación entre cambio climático, pobreza y género.

La correspondencia entre estos tres factores es directa y hay mecanismos de transmisión que van a influir en la vida de las personas, y especialmente en la de las mujeres. Uno de ellos será la baja de la productividad agrícola que podría sumar 600 millones más de personas en riesgo de malnutrición. El segundo tiene estrecha relación con el agua, que es un vector que atraviesa todos los niveles de bienestar.  Es aún considerable la cantidad de personas que no tienen acceso al agua potable y utilizan agua contaminada para beber, cocinar e higienizarse, y que ni conocen ni alcanzan a comprender los riesgos a los que se exponen con este uso.

Si bien el primer objetivo ante catástrofes naturales es la supervivencia, no podemos desentendernos de los efectos que a mediano y largo plazo tienen estos sucesos en el desarrollo de las personas. Se calcula que niños y niñas que han nacido en lugares donde ha habido sequías e inundaciones tienen entre un 35 y un 50 por ciento de tener problemas de malnutrición al llegar al quinto año de vida. Y este es un efecto en cadena, pues cuando un niño o niña tiene problemas de malnutrición a los cinco años, tiene comprometida su capacidad cognitiva, motriz y verá limitada su posibilidad de tener un ingreso en el mercado laboral con igualdad de oportunidades.

Y, una vez más serán las mujeres, las que, en su mayoría tendrán que hacerse cargo de estos niños y niñas, así como de su alimentación, vestido, atención y educación. Por lo que verán retrasadas –una vez más– sus posibilidades de acceder a una vida independiente económicamente.

Por último, quiero que observen que los países más vulnerables son los que tienen menos recursos para brindar el auxilio necesario a la población en caso de emergencia. Y son también, los que en mayor medida dependen de la cooperación internacional.

Y los países más vulnerables son quiénes menos han contaminado y quiénes menos contaminan al Planeta. Son a quiénes les ha sido y les son explotados sus recursos naturales y poblaciones durante años y años por los países que denominamos “desarrollados”.

Por eso es que hoy, más que nunca, trabajar por los derechos humanos y la justicia social es trabajar por la equidad e igualdad entre los géneros, entre personas con y sin discapacidad, entre las etnias, las religiones, las clases y superar las divisiones por que sólo con el conocimiento, entendimiento y apoyo de toda la sociedad estaremos en condiciones de afrontar y poder sobrellevar las emergencias climáticas a las que el Planeta nos someterá, como devolución por no dispensarle el cuidado apropiado en el momento justo, como devolución por haber conformado sociedades en las que sólo impera el culto al consumismo, al egocentrismo, al “Sálvese quién pueda” y el “a mí no me va a pasar”. Y el total desconocimiento e indeferencia por lo que es la ecología, el cuidado del medio ambiente y lo que significa trabajar por el respeto y la observación de conductas que no lo afecten.

Cambio climático y Derechos Humanos. Algunas cifras…

n  1400 millones de personas en el mundo viven bajo la línea de pobreza. Un 70% de ellas son mujeres.
n  Diariamente mueren 5000 niños y niñas por enfermedades relacionadas con la falta de agua potable y saneamiento.
n  El riesgo de sufrir un evento climático extremo se incrementa notablemente en los países en desarrollo donde una de cada 19 personas se verá afectada, mientras que la cifra es de una en 1500 en los países desarrollados. Es decir que un/a ciudadano/a de un país en desarrollo tiene 80 veces más probabilidades de verse afectado/a que un/a de un país desarrollado.
n  El 80% de la población mundial vive en países cuyas diferencias de ingresos siguen aumentando.

Como conclusión, quiero dejarles esta reflexión:

Sólo será posible la liberación de los pueblos, su progreso y su desarrollo democrático cuando la equidad y la igualdad inter-géneros sea una realidad.
Ni siquiera en las situaciones de más grave crisis puede posponerse el actuar en favor del respeto por la equidad y la igualdad entre mujeres y varones.
Es tiempo de que las mujeres dejen de pagar el precio más alto por lograr el Cambio y la Evolución.
La Causa de la Mujer tiene que ser la causa de toda la Humanidad.
Muchas gracias!


Fuentes:

(*) Cuadernillo “Entender la pobreza desde la perspectiva de género”
Unidad Mujer y Desarrollo – CEPAL - UNIFEM - República de Italia - Santiago de Chile, enero de 2004.