Escritos, Ensayos, Cursos, Talleres, Cuentos, Novelas, Disertaciones y Frases de Silvia Mirta Valori para promover el: Autoconocimiento - Desarrollo Personal - Bienestar Personal - Autoestima - Autogestión. Difusión de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales. Son bienvenidos los comentarios, ideas, opiniones, sugerencias!
domingo, 13 de mayo de 2012
Opinión sobre el Libro "Adam y el Abuelo - Mensaje para el Mundo"
Les comparto estos comentarios sobre mi Novela por que realmente me han encantado, más aún
por que quién los ha redactado es un Sociólogo nicaragüense y también Escritor que está
haciendo una maestría en Integración Latinoamericana en la UBA,
Un libro con mucha luz para Todos
“Adam y el abuelo”, de Silvia Válori, es un libro que deberíamos leer todos: jóvenes y adultos. El relato, trata de una manera muy amena sobre el camino que tarde o temprano recorreremos todos, sin excepción, aunque muchos aún lo ignoren, entre la vorágine de nuestro mundo denso y dual. Porque hacer ese viaje, trata sobre el verdadero sentido de la vida, la razón por la cual nacimos y transitamos por este mundo.
El viaje de Adam, es una manera alegórica en que Silvia nos señala la ruta. Una vez conocida nuestra meta, que equivale al despertar, tomar la decisión de ir tras la misma. Y ciertamente, a veces pareciera que se trata de un sueño, cuando en realidad se trata de la mismísima realidad, donde más bien, nuestro mundo físico y tridimensional es el ilusorio. Lamentablemente, ocurre que nosotros estemos programados para creer lo contrario.
Después de haber reconocido el camino, el siguiente paso es tomarlo, sin más medios que la fe y la certeza de ser. Tomar la ruta, superando los miedos en el recorrido, sabiendo que el Universo estará con nosotros siempre. Ese Universo que es el mismo Dios dentro de nosotros mismos, y no allá afuera y lejos, como desde siempre se nos ha hecho creer. Esto requiere tener la capacidad de ver luz aún en medio de la oscuridad, ser pacientes y fuertes en la tormenta.
No cabe duda que el Universo está con Adam en toda su aventura. Pareciera que la autora le hizo fácil y llano el camino al muchacho. Tras una aparente adversidad, de inmediato ocurre un suceso afortunado. ¿Acaso era Adam un chico con mucha suerte? Eso podría interpretar el lector que no se empape de la historia y el mensaje de la obra. Porque la suerte y las casualidades, sencillamente no existen. Tampoco la buena o mala suerte. En este nuestro mundo de las polaridades, todo es Causa y Efecto. Todos podemos atraer lo “bueno o lo “malo”, como se menciona más de alguna vez en el libro.
Adam, un alma inocente, sencilla y transparente, se lanzó con todo, sin dudas y prejuicios, con alegría y optimismo. Y con sus ansias de conocer sobre la Verdad, atrajo la “buena fortuna” siempre. Me refiero a las circunstancias, pero también a los maestros, como su propio abuelo y distintos seres, que irá encontrando a través de todo su viaje. Ellos le indujeron a buscar y encontrar el mayor tesoro que se puede adquirir: la Sabiduría. Es decir, las pistas del conocimiento universal, el que se complementa con la capacidad de amar sin condiciones. Algo que todos tenemos adentro, pero que tenemos que navegar dentro de nosotros mismos para descubrirlo. Una vez ante nosotros, éste nos revela nuestra misión en el tránsito por esta vida y esta sorprendente escuela que es la Tierra.
Quizás a los adultos nos cueste un poco más iniciar y emprender este viaje. La vorágine de la vida, la inocencia perdida, el estrés de nuestras agitadas vidas modernas, la contaminación física y energética, las distracciones ilusorias y la pesadez, nos desvían de nuestra ruta original. Pero nunca es tarde para despertar, iniciar la marcha y tomar el desafío. Por el contrario, quizás esas experiencias en la dualidad nos hagan reconocer nuestros erráticos recorridos, y tras la necesaria metamorfosis, logremos el objetivo: llegar a vibrar intensamente, con la misma frecuencia de la Luz universal, lo que significa en realidad, volver de donde originalmente vinimos. Por eso recomiendo leer “Adam y el abuelo”. Porque precisamente de eso trata, conocer y seguir esas pistas necesarias para encontrar el camino, y llegar a encontrar por fin nuestro más preciado tesoro.
Jorge Gamero Paguaga
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